Qué es un transistor y para qué sirve
Un transistor es un dispositivo que permite controlar el flujo de corriente eléctrica entre dos terminales (denominados colector y emisor) mediante una señal aplicada a un tercer terminal (denominado base). De esta forma, el transistor actúa como un interruptor o un amplificador de la señal eléctrica.
Los transistores se fabrican a partir de materiales semiconductores, como el silicio o el germanio, que tienen la propiedad de cambiar su conductividad eléctrica al recibir una determinada cantidad de energía. Así, se pueden crear regiones con distintos niveles de dopaje (cantidad de impurezas que alteran la conductividad) dentro del mismo material, formando uniones PN o NP. Estas uniones son las que determinan el tipo y el funcionamiento del transistor.
Existen dos tipos principales de transistores: los de unión bipolar (BJT) y los de efecto campo (FET). Los BJT se basan en el movimiento de electrones y huecos (espacios vacíos donde pueden moverse los electrones) entre las regiones dopadas. Los FET se basan en el movimiento de electrones en un canal creado por la aplicación de una tensión en la puerta (equivalente a la base del BJT).
Los transistores tienen múltiples aplicaciones en la electrónica y la informática. Por ejemplo, se utilizan para construir circuitos lógicos, que son la base de los microprocesadores y las memorias. También se emplean para diseñar amplificadores de audio y radiofrecuencia, osciladores, reguladores de voltaje, sensores, etc.
Los transistores han permitido el desarrollo de dispositivos cada vez más pequeños, potentes y eficientes, como los ordenadores, los teléfonos móviles, las cámaras digitales o los satélites. Sin duda, son uno de los inventos más importantes del siglo XX y siguen siendo objeto de investigación y mejora constante.